¿Que harías si tu hermana gemela te robara tu vida?
¿Y si ahora ella es tú y no eres nadie?
Pues eso me ha pasado a mí...
Hola, soy Summer Brooks una fanática de Sum 41
que son los responsables de que mi vida
tenga una banda sonora. Si quieres llegar a
odiar tanto a mi hermana como yo, entra en
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martes, 13 de julio de 2010

Capítulo 2: Pain for pleasure. (Primera parte + Segunda parte)


Pain for pleasure.

El claxon sonó fuera unas cuantas veces.

-¡Ya voy! –grité.

Me puse la mochila al hombro y bajé las escaleras bufando. Me asomé a la puerta de la entrada, tapando mi cuerpo con ella.

-¿Por qué has tardado tanto? Venga sal, que nos vamos. –dijo mi padre, sacando la cabeza por la ventanilla del coche.

-Ahora voy, pero prométeme que no te reirás.

-¿Por qué? –una sonrisa asomaba en su cara.

-Prométemelo.

Respiró profundamente, pasó una mano por su cara y me miró con cara seria.

-Lo prometo, ahora sal que la abuela nos espera.

Suspiré y me llené de valor. Abrí la puerta de golpe y cerré los ojos mientras salía corriendo para subirme al coche, esperando que Jack no hubiera aparecido por allí a reclamar su chaqueta o…a visitarme.

Cuando ya estaba en el asiento viejo del coche, abrí los ojos por completo y miré a mi padre.

-Lo prometiste. –le miré enfurecida.

-Lo siento, cariño, –intentó guardar la compostura.-pero, ¿de qué vas vestida?.

Me miré otra vez.

-A la abuela no le gusta mi estilo, así que pensé en olvidarme de lo negro, los pinchos o cualquier cosa que pueda aumentar su presión cardiaca. –Le dediqué una sonrisa falsa y me puse el cinturón.- Ahora, arranca, no quiero que nadie me vea así.

Odiaba los vestidos que mi abuela me compraba. Eran demasiado largos o con estampados demasiado extravagantes o con volantes o todo al mismo tiempo, pero eso le hacía feliz.

 Mi padre arrancó el coche y dio marcha atrás. Los árboles se difuminaban a nuestro lado, formando un cuadro de verde y marrón. Recosté la cabeza y cerré los ojos por un momento. Me imaginé a Jack corriendo detrás del coche, gritando mi nombre, mi padre pararía, yo saldría y correría hacia sus brazos. 

Él me acariciaría con los pulgares las mejillas coloreadas y se iba acercando hacia a mí, cerrando poco a poco sus párpados y…

-¡¿Pero que coño hace corriendo detrás del coche?! –gritó mi padre, golpeando el volante y parando el coche.

Me mareé al erguirme tan rápido. Mi corazón estaba a punto de salir del pecho. Abrí la puerta del coche, empecé a correr y al momento me paré.

-¿Ariel?

Sus mejillas estaban rosadas y resaltaban en su pálida piel. Su flequillo estaba húmedo y abrazaba su frente, seguramente por el sudor. Se apoyó en sus rodillas, delante de mí, respirando agitadamente. Agitó un papel en su mano sin moverse ni un milímetro de esa posición.

-¿Qué es esto? –fruncí el ceño y ella agitó más rápido el papel sin fuerzas para hablar.

Cogí el papelito. Era una hoja de su libretita de cerezas, lo sabía porque tenía una dibujada en la esquina y olía a ellas. Miré extrañada la hoja.

-¿Por qué me das una dirección? –Le pregunté y volví a mirarlo- ¿y de Nueva Orleans?.

Se levantó y tragó aire como si fuera la última bocanada de oxígeno que hubiera en la tierra. Se abanicó con la mano y se secó el sudor de la frente con la camiseta, enseñando el piercing de su ombligo.

-Busca esa -respiró.- dirección y entonces sabrás porque te la doy.

Intenté reconocer el lugar que ella me indicaba en el papel, pero no me sonaba ni la calle. Tanto tiempo sin ir…

-Bueno, dame un abrazo. Tu abuela te raptará y a lo mejor no nos vemos en todo el verano. –Se acercó y me abrazó, humedeciéndome la ropa con su sudor, hice una mueca.- Aun que si cojo el coche de mi padre…

-Ni se te ocurra. –La interrumpí, separándola de mí y mirándola a los ojos.- ¿Ariel, porque lloras? ¿Qué pasa? –le acaricié el pelo, nerviosa.-  ¿Lo ha vuelto a hacer? ¿Te ha vuelto a pe…?

Su mano se posó en mis labios, sellándolos tan rápido que pensé que me ahogaría con mis palabras.

-Está ahí tu padre. –murmuró mientras señalaba, con un movimiento de cabeza, a mí padre apoyado contra el coche, impaciente por irse.

Ariel apartó la mano de mi boca y sonrió.

-Lloro por que este será el primer y último modelito primavera-verano que te veré poner. –me cogió de las manos y me echó hacia atrás para verme mejor. Se echó a reír.- Adoro a tu abuela, sobretodo por tener una nieta como tú.


Segunda parte
Canción (Haz click)




No pude evitar sonreír y ahogarla entre mis brazos, poco me importaba el sudor, solo quería abrazar a mi mejor amiga como si me fuera la vida en ello.

-Ay. –masculló, sabía que para que no la oyera.

La miré con ojos llorosos.

-¿Lo ha vuelto hacer, verdad?.

-No importa. Vete y disfruta de tus vacaciones. –me empujó hacia el coche con una sonrisa.

Yo me resistí.

-Papá, vengo ahora. –le dediqué una sonrisa, para que no se captaran mis lágrimas.

-Eso espero. –refunfuñó y se metió en el coche, encendiéndolo para que supiera que me daba solo unos minutos.

Cogí a Ariel por el brazo, (con cuidado, siempre con cuidado) y la llevé detrás de la marquesina que allí había. Levanté su camiseta, mientras ella miraba a otro lado para no tener que enfrentarse a mi mirada. Una gran mancha, más negra que morada, cubría su costado derecho. También tenía otras amarillas adornando su cuerpo y otras disimuladas con maquillaje(muy mal disimuladas, por cierto).

-Ariel…tenemos que hacer algo. No puedes dejar que tu padre siga haciendo esto.

-¿Y qué voy a hacer? –agachó la mirada y sus lágrimas se precipitaron al suelo, mientras se colocaba la camiseta.- Mi madre no quiere denunciar, dice que lo hace por nuestro bien.

-¡¿Por vuestro bien?! –bajé la voz al notar como una vecina me observaba.- Os pega, que más necesita para saber que tiene que denunciarlo.

-Summer, de verdad, déjalo, estoy bien. –dijo, intentando más auto convencerse que convencerme a mí.- Mi hermano me ayuda. Me ha dicho que dejará al ordenador de lado por un tiempo, para protegerme. Que me llevará de vacaciones a cualquier sitio, solo para alejarme de mi padre.

-¿Y lo va a permitir?

-Sí, Chris, es su preferido. –se limpió las lágrimas, manteniendo la sonrisa.- A él nunca le hace nada, pero me preocupa dejar sola a mi madre con él.

Su móvil comenzó a sonar. Metió la mano en su bolsillo y lo sacó.

-Mi padre. –susurró y descolgó.- ¿Sí, papá? Sí, sí, es que no encontraba la salsa de tomate.

La voz ronca de su padre pasaba los decibelios permitidos.

-Ahora, mismo pago y voy para casa. Está bien, voy ahora. –colgó y me miró.- Mi padre que quiere que vaya ya para casa…he oído a mi madre llorar.

Apretó las facciones de la cara para no permitirle el paso a las lágrimas y la arropé entre mis brazos (con mucho cuidado).

-Por favor, llámame todos los días, o no dormiré. –le pedí sin soltarla.

-Dear friend! Thanks for the best years of my life, -empezó a cantar nuestra canción.- I mean that, you have have there for every step of the way and I'm so happy to have found someone like you, cause without you I dont know what I would do(*). –noté como su cuerpo vibraba con sus sollozos, mientras cantaba.

-When times are hard, -seguí la canción.- when things go bad. Regardless, I am here. When your whole world is crumbling, I promise to stay near(**).

Las dos estábamos llorando como si fuera el último día juntas, como si nunca nos fuéramos a volver a ver.

-Te quiero. –sollocé.

-Yo más.

-Empate.

-Touché. –contestó e intenté reírme, ella me había enseñado esa palabra.


Estaba sentada en la playa, tomando un helado de pistacho, celebrando la partida de mi hermana. Mi sonrisa devoraba la masa helada del fruto seco, mientras imaginaba mi vida sin mi gemela. ¡Maravillosa!

Una sombra oscureció mi lugar. Una chica de melena azabache, vestida con una sudadera y unos vaqueros me miraba sonriente, esperanzada, no sé porque.

-El helado de chocolate y avellanas es mejor. –se sentó a mi lado, agarrándose las rodillas, observando el mar.

Yo me sorprendí. No pensé que iba alguien a interesarse por mí, por gastar su tiempo con hablar conmigo. Pero sonreí.

-El de pistacho y chocolate seguro que está buenísimo.

-Soy alérgica al pistacho. –contestó, sin mirarme.

-Ah. –dije, avergonzada.

Ella me miró y se echó a reír.

-El de chocolate y limón también está rico. –me dijo.

-Mmm, yo creo que está mejor el de chocolate y naranja.

Se quedó pensativa durante unos segundos y me miró sonriente.

-Touché.

-¿Qué?

-Touché. –volvió a repetir.- Se dice cuando estás debatiendo algo y la otra persona dice algo con lo que estás de acuerdo, entonces dices touché.

Comí un poco más de helado.

-Interesante. –la miré.- No tienes calor, estamos en verano.

Su sonrisa se borró y miró otra vez el mar.

-No, estoy bien. Gracias. –Se levantó con una mueca de dolor en la cara.- Me tengo que ir, gracias por el debate.

No daba crédito. ¿Le había molestado algo que había dicho?. Entonces, miré a donde había estado sentada. Había algo escrito en la arena.

“Ariel:  214-66-78-92”


-Por favor, Ariel, vente conmigo. Vente a Nueva Orleans. –le supliqué.

Ella agitó la cabeza hacia los lados y salió corriendo.

-¡Ariel! –intenté ir detrás de ella.

-¡Disfruta del viaje, te llamaré, no te preocupes por mí!

La observé mientras desaparecía entre las calles y me sobresalté con el claxon del coche. Me subí y mi padre me miró durante un momento.

-Has llorado. –no era una pregunta.- ¿Qué ha pasado? Siempre estáis tan misteriosas.

-No pasa nada, papá, no pasa nada.

Me puse el cinturón y apoyé la cabeza en el cristal.

-Con cuidado, -musité.- siempre con mucho cuidado.

-¿Has dicho algo? –preguntó mi padre, mientras arrancaba.

-Las muñecas de porcelana hay que tratarlas con cuidado, siempre con cuidado, o pronto se romperán.

Con eso, gané más puntos para que me llevara a un loquero.



Comentarrrrr! :)

6 comentarios:

  1. Jeje me ha hecho gracia lo del vestido...mi abuela también me compraba vestidos así, pero ya decidí decirle que los dejara xD Al menos los dejó...jeje. Me encanta, como siempre. Es que...no sé, me encanta la forma en la que escribes, enserio, no sé...simplemente, me encanta. Y espero con impaciencia el siguiente trozo :)

    Besos! XOXO

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  2. pues yo gracias a dios no tengo que usar vestiditos que me compre mi abuela, básicamente por que pasa de mí...además, me cae mal xD Es que ella está todo el rato "Estoy fatal, me duele la cadera no se que" pero todos los días así, y luego si dice algo así mi bisabuela de 100 tacos ya se pone a murmurar y criticar, y cualquier cosa que mi bisa haga ella lo cririca y le grita u.u
    Respecto a mi forma de escribir, a mí me parece simplísima xD
    Un beso :)

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  3. Yo también tengo que hacer a veces algo más 'light' mi estilo (: hahaha
    Veremos qué pasa en el siguiente capítulo *-*

    ¡Un beso!

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  4. Me encanta la historia *___*
    ¡Espero el siguiente capítulo! :D

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  5. diooss como mola tu historiaa!!! me encantaaa aunque pienso que los capitulos son un poquito largos pero no se hacen cansados por lo menos para mii escribes genial!!! voya por el proximo =)

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  6. Gracias ^^
    Ya, este estaba cortado :)

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